Aceite de Argán

El Aceite de Argán

Un verdadero Tesoro de la Naturaleza

Su elevada composición nutricional y sus destacadas propiedades nutritivas, regeneradoras y anti-envejecimiento hacen del aceite de argán  un producto muy apreciado por la cosmetología moderna y una alternativa natural a los cosméticos convencionales.

El Aceita de Argán cosmético se elabora con semillas sin tostar y se distingue del alimentario por poseer una coloración más clara y un aroma más neutro.

La obtención de este aceite es muy costosa, ya que tanto la recolección como la extracción de la semilla de argán se realiza manualmente, fruto por fruto. Para conseguir un litro de este aceite, es decir, cerca de 100 kilos de frutos, y muchas horas de trabajo.

Muy rico en ácidos grasos y vitamina E

El aceite de argán está formado en un 80% por ácidos grasos esenciales, principalmente por ácido oleico y linoleico (omega 6), alfa-linoleico (omega 3), gammalinoleico y araquidónico. Estas grasas, que no pueden ser sintetizadas por nuestro organismo, son precursoras biológicas de la prostaglandina, una hormona reguladora del sistema inmunológico cutáneo que protege a la piel frente inflamaciones o infecciones.

Asimismo, es muy rico en tocoferoles (vitamina E), que triplican en cantidad a los que contiene el aceite de oliva y actúan como antioxidantes, regenerando la piel y combatiendo su envejecimiento. También es destacable la presencia de fitoesteroles, que poseen propiedades calmantes y antiinflamatorias, y de polifenoles, que tienen un efecto antiséptico y bactericida.

 Un cosmético natural con múltiples beneficios para todo tipo de piel. Dada la elevada cantidad de nutrientes que posee el aceite de argán, uno de sus beneficios más evidentes es la hidratación inmediata que aporta a la piel, confiriéndole suavidad y elasticidad. Su textura ligera y de rápida absorción lo convierte en un cosmético adecuado para el día a día que se adapta perfectamente a todo tipo de piel y puede aplicarse mañana y noche. Este aceite vegetal, además de no obstruir los poros, se integra perfectamente en el manto lipídico de la piel, ya que está formado mayoritariamente por ácidos grasos afines a ésta.

Para muchos dermatólogos el aceite de argán supone un auténtico redescubrimiento de uno de los principios activos más antiguos en el cuidado de la piel. De hecho, cada vez son más los médicos que lo recomiendan tanto para tratar problemas severos de la piel, como el acné, la psoriasis y la neurodermitis, como para su cuidado diario. Éstos son sus principales beneficios:

·      Su uso diario contribuye a la re-densificación del tejido cutáneo, gracias a su elevado contenido en nutrientes, aportándole elasticidad y firmeza, tanto en el cuidado de pieles jóvenes como para las pieles más maduras.

·      Favorece a las pieles más sensibles, ya que alivia las rojeces e irritaciones y previene su aparición.

·      Es apropiado para pieles grasas y con acné, ya que no sólo no obstruye los poros, sino que además ayuda a regular el exceso de sebo de la piel evitando la sobreproducción de grasa que provoca la aparición de granos y puntos negros, además de ejercer una acción antiséptica.

·      Su alto poder antioxidante lo convierte en un excelente antiarrugas y regenerador celular.

·      Muy eficaz para la prevención de las estrías del embarazo.

·      Ideal para la delicada piel del bebé.

·      Contribuye a la reducción de cicatrices y manchas oscuras.

·      Aplicado como mascarilla en el cabello antes de su lavado, le aporta brillo y suavidad extra.

·      Protege a la piel contra las agresiones externas, como los cambios de clima, el estrés y la contaminación ambiental.

·      Alivia las quemaduras solares y actúa como antiséptico en heridas leves.

·      Posee efectos antiinflamatorios y calmantes, por lo que su aplicación resulta muy agradable para realizar masajes en músculos y articulaciones.

·      Repara las manos secas y agrietadas y refuerza las uñas frágiles.

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